domingo, 5 de julio de 2009

Julio Carmelita


Son tiempos en los que el alma, descansa de tanta flor e incienso perfumado.
Dejaremos de lado durante un tiempo, los brillos del oro y la plata. Y serán las velas, silenciosamente apagadas.
El silencio se hace en las Iglesias, más aún si cabe, en este tiempo de descanso.
Dios duerme en la ciudad. María vela porque todo este en calma.
Y la Giralda, mira horizontes lejanos, horizontes que dan al mar.
El cuerpo descansa, el corazón no. Y como ya dijo un pregonero, el corazón de Sevilla, se llama Triana.
Y Triana es marinera por antonomasia, como su Madre; y es su gente alfarera, como su Dios.
Sueña aún el corazón, con catorce horas de ensueño, catorce horas … ¿Quién dijo que era eso un exceso? ¿No es más ancho y difuso su reino?
Sigue soñando y sueña Triana, y con ella Sevilla.
El río se hace orilla de un mar de devociones que se engalana para descansar del sueño en el que vivimos. Y mientras descansamos, seguiremos imaginando, y veremos en barcas, navíos y barquichuelas, ángeles marineros que la acompañan tan solo a Ella.
Es un sueño el que vivimos en su marina ribera, más se hace realidad cuando la Virgen del Carmen ...

En Sevilla navega.

lunes, 15 de junio de 2009

Junio Eucarístico


Junio ha sido un mes cargado de romero, de espigas doradas, e uvas que producen vino, de balcones engalanados, de altares callejeros que se levantaban al paso del Santísimo Sacramento.
Jesús Sacramentado se ha paseado por una Sevilla, inundada por el sol, por el perfume del incienso y el romero, y por una multitud de sevillanos que quisieron acompañar al Señor en su pasear por las calles de la ciudad.
Previo al Corpus, la ciudad se llenó de procesiones. La Hiniesta Gloriosa se encaminaba a su altar de la plaza de San Francisco. El Señor de la Cena ponía rumbo al Palacio Arzobispal. Todo se estaba preparando en honor al Señor. Y con la mañana, el sol se hace triunfante sobre las sombras. El Señor comienza su caminar por las calles, y la plata se rinde ante sus plantas, formando una custodia que es presea de Su Divina Majestad.

Cantemos al amor de los amores,
cantemos al Señor.
Dios está aquí,
venid adoradores,
adoremos a Cristo Redentor.
Gloria a Cristo Jesús,
cielos y tierra
bendecid al Señor,
honor y gloria a Ti,
Rey de la gloria,
amor por siempre a Ti,
Dios del amor.
Unamos nuestra voz a los cantares
del coro celestial.
Dios está aquí,
al Dios de los altares
alabemos
con gozo angelical.

domingo, 14 de junio de 2009

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Nuestra Señora del Rosario Doloroso

Sevilla la hecho suya, aunque no es Macarena, aunque no es Triana, ni Encarnacion, ni Candelaria, sus ojos nos robaron, hasta un suspiro del alma. Ella es Madre como otra cualquiera, sabe lo que se siente al caminar tras su hijo, pendiente de que nada le hiera, y nadie, nadie, podrá decir que es lo contrario. Es la Virgen del Rosario, Madre del Cautivo, y al verla Sevilla, la ciudad le dijo:

“Me perdí en tu llanto,
En tu suspiro,
En el suave bamboleo
Del pañuelo de tu mano,
Me enrede entre los encajes
Que tu hermosura van rozando,
Quise ceñir
Tu cintura con mi mano
Vi las lágrimas
Tu cara surcando
Y al mirarte,
Me encontré con tu mirada,
Y de la emoción
Que en el corazón he sentido,
Se me atraganto el grito
Al querer decirte guapa.”

Salve, Esperanza Marinera


Dios te salve,
Reina, Madre y Capitana.
Eres tú nuestra vida
eres nuestra Esperanza
y a tus plantas; Señora,
se arrodilla Triana.
Nuestro puerto perdimos,
nuestra nave naufraga
sin rumbo en las tinieblas
de este valle de lágrimas,
en el que suplicantes
nuestras voces te llaman.
¡Oh!, Misericordiosa,
vuélvenos tu mirada
y lleva nuestro barco
con brisa de bonanza
a Jesús navegante
de tu divina entraña.
Capitana clemente,
dulcísima Esperanza,
siempre Virgen María,
luz que guía a Triana.
Por ella y por tus hijos,
Madre de Dios y Santa,
ruega para que un día
podamos echar anclas
en el puerto
que Dios nos promete
como segura Patria.
Amén, Amén.